La Práctica de Agua Dulce se basa en la sólida relación comprobada entre el agua y los ecosistemas naturales para asegurar la provisión y regulación del agua de buena calidad.

A pesar de que el agua es un recurso propiedad de dominio público del Estado, nuestros ríos y arroyos e incluso nuestras reservas de agua dulce subterráneas son compartidas con los países vecinos. Por ello, WWF en Paraguay se ha enfocado en trabajar con los gobiernos de los países vecinos en mejorar la gestión del recurso hídrico. Un ejemplo es el apoyo a los procesos de diálogo y gestión del Pantanal, el humedal mas grande del mundo compartido por Bolivia, Brasil y Paraguay.  

Otro aspecto crítico en nuestro país es la aún escasa información técnica y científica sobre el recurso hídrico. En años pasados, WWF en colaboración con expertos locales, ha trabajado en la generación de estudios de dinámicas hídricas y superficiales en el Chaco. En años recientes condujimos estudios en los acuíferos Adrián Jara e Yrenda. De la adecuada gestión de estos acuíferos y de su conocimiento depende la posibilidad de poder realizar un desarrollo y uso sostenible de los mismos.  

Adicionalmente, otras estrategias que lleva adelante WWF, como el apoyo a un desarrollo sostenible en cumplimiento de las normativas ambientales, la implementación de mejores prácticas productivas, el apoyo al ordenamiento territorial, y la búsqueda de incentivos a la conservación, entre otros, buscan generar un impacto positivo en el territorio, en la cuenca hidrográfica, y por ello en el agua dulce. El trabajo de la Practica de Agua Dulce en Paraguay tiene un enfoque holístico, sumando diferentes acciones y proyectos con una visión de cuenca transfronteriza donde los ecosistemas juegan un papel único e insustituible en la provisión del agua.